sábado, 12 de octubre de 2013

Echo de menos su voz.

  Echo de menos su voz.
Sí, su voz.
Esa voz que me decía que todo está bien. Esa voz que me prometió seguir siempre a mi lado.
  Esa voz.
La voz que cada día me repetía que me quería, la que me daba fuerzas; por la que sigo aquí.
No lo entendeis; pero esa voz, lo era todo.
Después de meses, la he olvidado, ya no sé cómo es. Ya no la recuerdo...
Triste, es cierto; pero en realidad, nunca fue voz para mí.
Duele recordar, duele olvidar, duele revivir, pero quiero esa voz de nuevo.
Sonando suave, hablándome al oído.
Le necesito, sólo una vez más.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Sed de vivir

Las tardes, los días, los segundos pasan.

¿Alguna vez te has parado a pensar, en si verdaderamente aprovechas tu tiempo? Yo, sí. Justo ahora, en este momento. Y después de pensarlo, he llegado a la conclusión de que no es así. No aprovechamos nuestro tiempo. Hoy, por ejemplo. Estamos a 4 de septiembre y, ¿qué has hecho? ¿Has estudiado? ¿Has salido? Tal vez podrías haber hecho un montón de cosas pero, por no esforzarte, has decidido hacer sólo una.

Sí, lo sé. Estás pensando que es cierto. Estás pensando en todas las experiencias que has dejado de vivir. Estás pensando en todo lo que podrías haber aprendido hoy.
Tranquilo, respira.
El pasado, pasado es. Mañana, levántate con ganas de comerte el mundo.

Sonríe, disfruta la vida.
Aprovecha tu tiempo.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Tal vez este sea nuestro momento...

He retrocedido un paso del borde. 

Estoy descubriendo lo que me hace querer vivir, a través de vivir de nuevo.

Porque necesito esto ahora, es necesario esto también. Porque yo no quiero seguir atrapada aquí abajo.

¿Podría ser que nos encontráramos en el momento acertado?
Podríamos mostrarnos nuestro verdadero yo, juntos.

Es asombroso lo que han llegado a cambiar las cosas en tan poco tiempo, pero ha sido un cambio necesario. Un giro de 180º que me ha conseguido hacer sonreír.

martes, 14 de mayo de 2013

No hay nada mejor que pasar un día con las amigas.

¿Sabes? Así, entre tú y yo, no hay nada como pasar un día con las amigas.
Nosotras, las 6, de arriba a bajo, de izquierda a derecha, sin parar, pero lo más importante, todas juntas. Fuera los malos momentos, los malos roces. Una mala pasada no puede con mil buenas. La amistad no puede con el rencor. Lo bueno perdura. Y yo por fin, tengo la cabeza calmada, me siento bien y todo es gracias a ellas, lo sé, y aunque no me arrepiento de nada del pasado, tampoco lo hago del presente, y esto, me hace ser un poquito más feliz.

sábado, 16 de marzo de 2013

Amores inevitables, nunca imposibles.


- ¿Está bien el libro de los amores imposibles?
- Inevitables.
- Inevitables.
- ¿Sabes lo que quiere decir " a tres metros sobre el cielo?
- No.
- Pues... es como estar en el cielo, pero más arriba.
- Aaah...
- Mucho mejor que bien, y con la persona que quieres.
Mira no voy a decirte más veces que te quiero.
Porque me gusta quererte, disfruto viéndote, imaginando
conversaciones, y paseos que no han sucedido y estar a tres
metros sobre el cielo, y eso me basta, me gusta... Dejémoslo
en manos de la suerte.
- Llevas semanas persiguiéndome y ahora dices que lo dejas en
manos de la suerte.
- ¿Sabes esos bombos enormes de la lotería? Pues imagínate
que llenemos uno con un millón de bolas, con los nombres de
todos los hombres del mundo. Pues estoy segura de que si
metiera la mano en ese bombo... sacaría tu nombre, aunque me
empeñara en sacar otro, aunque metiera nombres repetidos
para hacer trampa, sacaría el tuyo. Y eso es lo que yo entiendo
por suerte.
A mi no me importa esperar, ya te lo he dicho. Las cosas tienen
su momento así que, tienes todo el tiempo del mundo para
sacar ese papel.
- No.
Porque ya he sacado uno. Señorita, tranquilícese un poco que
le va a dar un ataque al corazón eh.
- Si ya has sacado un papel, ¿qué estás pensando tanto?
- Que sacar una vez un papel puede ser casualidad. Pero sacar
dos veces el mismo... eso sí que es tener suerte.

jueves, 7 de marzo de 2013

Mi mejor sonrisa.

¿Sabes qué?
 Me muero de ganas de poder verte, abrazarte. Me muero de ganas por besarte. Me muero de ganas de que seas mío y yo tuya. Me muero de ganas de poder dormir a tu lado, de hacerte cosquillas, de enfadarnos y de arreglarlo todo a besos. Me muero de ganas de poder estar contigo, sin nadie más, tú y yo solos, pasando un día juntos, sin hacer nada en especial, riéndonos, haciendo tonterías y llenándonos de te quieros en cada esquina. Me muero de ganas de ser el motivo por el que sonríes cada día, de ser tu primer y último pensamiento.
 Quiero ser cómplice de tus horas felices.
Me muero de ganas de saber que nada ni nadie podrá con nosotros. Me muero de ganas de saber que puedo contar contigo, en las buenas y en las malas. Me muero de ganas de que en vez de un día bien y seis mal, sean seis bien y uno mal. Me muero de ganas de ti, porque te quiero, lo sé, y no he estado tan segura de algo en la vida, y sé que por ti lo dejo todo, que no te puedo perder, porque eres quien me completa.
Eres mi Sol de noche, mi Luna de día y mi mejor sonrisa.

Traficante de sueños.

Echo de menos cuando me decías "boba". 
Echo de menos tus "buenos días, mi niña. Te quiero, eres lo mejor de mi vida, no lo olvides nunca". 
Echo de menos tus abrazos, tus sonrisas tus "todo irá bien, yo estoy aquí, a tu lado, no te preocupes". 
Echo de menos tus tonterías, tus ganas de hacerme sonreír siempre, y la forma en que lo conseguías... 
Echo de menos el beso que me dabas después de discutir. 
Echo de menos ese beso que decía "cállate y bésame".
Echo de menos pasarme horas abrazada a ti. 
Te echo de menos.

La triste historia de tu cuerpo sobre el mío.

Todavía me acuerdo de ese verano.
Mi soledad y tu soledad se acostaban juntas
jugaban a pegar trozos, maderas del galeón hundido.
Nos besábamos con verdadero dolor
con la piel en el presente y la cabeza en el pasado
recordando fechas, olvidando promesas
y nos sumergíamos en la noche de las piernas
sorteando el miedo como en una carrera de obstáculos
contra los monstruos del desaliento.

El sudor era una tregua entre cien años de guerra,
nos queríamos morir, tan bonitos y tan tristes
como un juguete nuevo en una fábrica abandonada.
Yo tenía 15 y tú 17. No, no eran nuestros años
sino nuestros fracasos,
esos episodios que te definen mejor
que cualquier costumbre familiar.

"¡Venga, despierta!" me decías
y yo te miraba en espiral
porque te amaba pero quería salir corriendo.
Mis dedos no sabían ya pronunciar una caricia
sin que surgiera un nuevo temor desde las yemas.
Incapaz de mirar a las decepciones a la cara
volvía de lleno a tu centro, a derramarme, a licuarme,
a llenarte de blanco la oscuridad,
a dejarte pringada la soledad,
a cubrirte con los chorros de mi angustia.
Te metía los dedos bajo la tristeza
y los sacaba mojados de promesas rotas:
tu coño era una guarida tenue
mi corazón una maquina de hielo.

Así pasó el tiempo,
como un tren de sólo dos pasajeros
camino hacia la desilusión.

Luego nos dimos cuenta de todo,
de que ese verano en realidad fuiste mía
de que mi vida estaba a tu nombre
pero como suele pasar
nos dimos cuenta tarde.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Aprende a mover los hilos, titiritero.

La gente habla mucho, pero dice muy poco.
He leído que la confianza se vuelve más pequeña con cada error. Estoy completamente de acuerdo, la confianza disminuye con cualquier error, decepción e incluso con una simple mentira o un "no" por respuesta.
Esto mismo me pasaba a mí, cada vez me costaba más confiar en ti, pero hacía lo posible porque no fuera así, ya que todo se basa en la confianza, ¿no?
Digamos que has cometido un error, te has creído que yo soy un títere y no es así, pues me dado cuenta a tiempo, aunque un poco tarde, de todo, absolutamente todo lo que ha pasado y de todo lo que estás haciendo conmigo y qué quieres que te diga, si tanto te gusta jugar, aprende a mover los hilos, titiritero.
Que por muchas mentiras que me sueltes, y yo te diga que te creo, lo sé todo, por que la gente me ha hablado mucho, y me ha dicho demasiado. 
Ese ha sido tú error, te has pensado que podías jugar conmigo y no es tan fácil, que sí, voy de mosquita muerta, pero las pillo a la primera. Esa ha sido la clave del juego, hacerte creer que yo no sé nada y luego BOOM todo hacía fuera, una estalla y ya llega el momento en que una no se puede controlar y ya todo le da igual.
¿Pues sabes qué te digo? Que se acabó el juego, yo me voy del tablero porque tú no has sabido mover bien tus fichas. No voy a esforzarme en hacerte la vida imposible, simplemente, desapareceré, porque va a ser lo más fácil. 
Aquí queda todo, nuestra relación, nuestros años juntos, y posiblemente nuestra amistad.
Te dije que dependía de ti, y a sí ha sido... 
Y la verdad, no me entristece, pues prefiero que una verdad me duela a vivir con miles de mentiras.
Ahora te dejo con tus drogas, tus putas y tus fiestas, que yo me quedo con lo mejor, mi vida.
Quédate con todos tus "te amo" de por las noches y tus "te quiero" de por las mañanas, te devuelvo todos tus "buenos días princesa, eres lo mejor de mi vida." y todas esas mentiras, que aún, a día de hoy, me sigues diciendo.... Pero claro, qué me vas a decir sí tu no sabes que yo sé toda la verdad...
Hasta siempre, bala perdida.

jueves, 14 de febrero de 2013

Él.

Él. Él es diferente, único, el mejor de todos. Porque sólo él sabe sacarme la sonrisa todos los días. Porque sabe como tratarme, me encanta cuando me pica y después me da uno de sus besos. Él me entiende siempre. Porque me encanta cuando me dice princesa. Porque me defiende, me quiere, hace lo que sea para que me sienta bien. Porque es por quién me levanto cada día. Porque le quiero con toda mi alma. Porque hace que me sienta en las nubes. Porque siempre me hace reaccionar y nunca se equivoca en lo que me dice. Porque después de todo, sigue aquí a mi lado. Porque si él no está no sabría seguir. Porque nunca he querido tanto a alguien y nunca me han querido tanto. Porque desde el principio de todo esto supe que se convertiría en lo más importante. Porque es increíble, y aún así con eso me quedo corta. Porque no hay un yo sin él. Porque mi cabeza sólo piensa en él y en él. Porque si le tengo lejos le echo de menos. Porque soporta mis tonterías. Porque es lo más bonita de este mundo. Porque esos ojos son los más bonitos de todos los que he visto... me dejan embobada. No me canso de mirarle, de acariciarle, porque le quiero, porque con él me siento a gusto, le quiero demasiado. Y es que me encanta cuando se pone mimoso y me besa... Y es que puff... Él me tiene loca. Sé que lo nuestro es muy fuerte, y sé que esto durará, y mucho, y espero que para siempre, porque nunca he sentido tanto por alguien, la verdad. Me siento con él genial, feliz, me siento como si estuviera en las nubes, y no sé, pero me encanta el sentirme así.

Una mentira, dos palabras: te odio

Te odio. 
Odio que me hagas sentir la persona más feliz del mundo, como un niño cuando le das una piruleta, igual de feliz. Odio que hayamos creado un mundo paralelo a la realidad, NUESTRO MUNDO, porque como todas las historias algún día la nuestra terminará, y tendré que poner los pies en el suelo y vivir en el mundo real, en el mundo del que tú habrás desaparecido, en el que nada volverá a ser como antes. 
Odio que por las noches no me dejes dormir. Odio tener mariposas por tu culpa. Odio estar pensando en ti día sí y día también. 
Odio el escalofrío que me da cuando siento que tus labios rozan los míos y me besas. Cuando me besas como nadie más sabe hacer, lento, bonito, porque tú haces que todo sea diferente, ¿cómo decirlo? Especial, esa es la palabra... contigo todo es perfecto. 
Odio pensar que todo esto podría ser un sueño y algún día tuviera que despertar.
Odio que nos critiquen cuando estamos juntos, y es que si no les gusta, que no miren.
Odio pensar que no puedo decirte que TE QUIERO, por miedo a que tú no me quieras.
Odio que por muchas veces que te diga que te odio, no pueda hacerlo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Un dos en uno y un uno en dos.


Me encantas. Me encantas cuando me guiñas un ojo. Me encantas cuando una sonrisa inunda tu cara. Me encantas tú, simple sencillo, nada de especial... Y eso me gusta, porque ya te hace especial. Me encanta cuando llamas mi atención con cualquier tontería. Me encanta cuando te miro, me miras y nos sonreímos, reímos y volvemos a lo nuestro.
Me encanta soñar, soñar contigo. Me encantan esos sueños en los que sólo estamos tú y yo. Tú y yo, solos. Solos contra el mundo. Nadie nos mira. Nosotros, nos evadimos. En este momento sólo estamos tú y yo. Tú y yo tumbados en la hierba, abrazados. Silencio. No decimos ni una palabra; el momento es demasiado perfecto como para arriesgarnos a estropearlo.
Y es que me encantaría poder tirarme noches enteras abraza a ti, y que viéramos juntos los amanecer de las mañanas de junio. Solos. Tú, yo. Nada ni nadie que pueda interponerse entre nosotros.
Y es que quiero que me hagas tuya y quiero hacerte mío.
Tengo tantas ganas de ti, de abrazarte y no soltarte nunca...
Tengo ganas de quererte y que tú me quieras.
Tengo ganas de que dejemos de ser un tú y yo y que seamos un nosotros, un dos en uno y un uno en dos.


lunes, 11 de febrero de 2013

Y sin embargo te amo.

Y de repente, sin que ella se diera cuenta, se le cayó una lágrima, y detrás de esa, llegaron muchas más. No tenía muy claro por qué lloraba, lo que sí sabía es que detrás de cada lágrima se escondía cada error, cada abrazo, cada sonrisa y cada noche a su lado. Ahora, se para a pensar y se da cuenta de que en realidad

él nunca le perteneció, ella dio todo por él, mientras él le daba todo a otras. Se prometieron el cielo y ella acabó presa en el infierno,
presa del odio y la locura.

 Pese a que le amaba, el dolor le consumía, no pudo soportarlo más, no supo controlarse y dejó que el viento se la llevara. 
Mientras, él, seguía en su sábado noche, sin saber que pasaba, si mostrar interés, disfrutando del pecado con otras, hasta que llegó la mañana siguiente y vio lo que había pasado. 
Y entonces, se dio cuenta de todo, de que ella le quería, y de que él a ella también, pero fue demasiado tarde, supo que ya no podía hacer nada, pues ella se había ido y ya no iba a volver.